Buenos Aires.- Guido Alejandro Antonini Wilson, el empresario venezolano que intentó ingresar a Argentina un misterioso maletín con 790.550 dólares adentro, está evaluando la posibilidad de entregarse.
Un amigo que lo conoce bien dijo al diario Clarín, que Antonini estaría dispuesto a viajar a Argentina para declarar voluntariamente ante la jueza Marta Novatti, divulgó la versión digital de dicho rotativo (www.clarin.com)
Sin embargo, manifestó que Wilson quiere que también sean investigados los otros siete pasajeros que viajaron con él en el avión. Entre ellos había, tres funcionarios argentinos ligados a Enarsa, al ministro de Planificación, Julio De Vido, y a cuatros funcionarios venezolanos relacionados con Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Uno de los argentinos, Claudio Uberti, ya tuvo que abandonar su puesto.
"Alex todavía tiene dudas, pero Frank (Franklyn Davis Durán Guerrero, su socio) está totalmente convencido de que la mejor estrategia es que se entregue", dijo la fuente.
"En este momento hay mucha tensión entre los dos. Frank quiere que Alex aclare su situación, la blanquee y que las cosas se hagan a su manera. Pero Alex no quiere terminar en la cárcel. La situación es complicada porque los dos están metidos en los mismos negocios ligados al petróleo y a la venta de armas y sistemas de seguridad. Hay mucha plata de por medio", reveló.
Según la fuente, el viernes pasado Antonini y Durán tuvieron una reunión con sus abogados en las que comenzaron a analizar en qué términos podría entregarse Antonini y cuáles podrían ser las consecuencias, tanto en Venezuela como en Argentina.
"Dicen que si Alex habla va a ser peor para el Gobierno argentino que para el gobierno venezolano", señaló la fuente.
El periódico Clarín intentó contactar a Antonini y a Durán, pero fue en vano. Antonini sigue encerrado en su apartamento 301 del Ocean Club, un barrio cerrado situado en Key Biscayne, pero cambió su número de teléfono. El nuevo número no figura en la guía. Su esposa, Jacqueline Regnault Palacio, que es abogada y su principal consejera, ha dejado de trabajar en la inmobiliaria Cervera, al menos por el momento, destaca Clarín.
En la casa de Durán hay un contestador automático
con su voz, pero no devuelve las llamadas, indica la nota
reseñada en la página web del Clarín.
Según dicen sus vecinos, viaja continuamente a Venezuela.
Su Ferrari rojo está estacionado en su casa, pero le
han puesto una funda del mismo color. "Ahora sólo anda
en el Audi negro porque la Ferrari es demasiado llamativa",
dijo uno de los vecinos. De hecho, el lunes pasado el Audi
no estaba estacionado junto a la Ferrari como de costumbre.
Según la fuente, Frank Durán está muy preocupado porque si su socio cae preso eso perjudicará aún más los negocios que tienen juntos.
Fuente: El Universal