Las ciudades patrimonio de la UNESCO se sacuden el polvo para lucirse en la era del pelotazo urbanistico
Estas ciudades parecen haber resurgido de un letargo, y más vivas que nunca se pasean por el escaparate internacional de Montreal y Chicago para promocionarse y así vivir del turismo, quizás la única industria posible en estas ciudades museo.
Desde el pasado verano sabemos que Ávila será la sede para los fastos que conmemorarán el aniversario de la creación del grupo español de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad creado en 1993 y formado por los consistorios de Salamanca, Segovia, Santiago de Compostela, Cáceres, Toledo y de Ávila.
Entonces ya supimos que concretada la fecha y la invitación de la Infanta Cristina, no había un calendario concreto de actos, pero sí la modificación de los estatutos y la publicación de una guía audiovisual elaborada por la editorial Espasa, unos acuerdos con Renfe y Paradores para fomento del turismo, pero de momento nada para la conservación del patromonio de estas ciudades.
Haciendo números, las cuentas no se ven claras por este motivo, el grupo de Ciudades Patrimonio se reúnen en Cuenca para pedir que se les abone el IBI de sus inmuebles protegidos.
Ya por aquel entonces el alcalde de Salamanca se hizo notar y esta reivindicación del primer edil, no era si no un aviso de que el pueblo pagaría más adelante, pues parece ser que el alcalde de Salamanca tiene la clave para resolver sus cuentas con el estado usando a sus votantes.
Y es que nadie dijo que el progreso fuese fácil (ejemplos puede ser el túnel que pasa bajo la malograda Alcazaba malagueña o el modernísimo metro-museo ateniense) ya que el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, se reunió en París con el director del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, Francesco Bandarin, para exponerle sus preocupaciones y analizar asuntos pendientes de interés comunes. Entre ellos, el proyecto del Plan de Ordenación Municipal (POM) de Toledo, un polémico plan que hace dos años el consejero de Vivienda y Urbanismo, Alejandro Gil lo valoraba desde el punto de vista legal como «no necesario», pero con todo y con esto, protestas incluidas, el POM de Toledo fue aprobado y sin que se haya concretado la viabilidad ambiental de sus actuaciones, dejan sin la adecuada planificación urbanística a la ciudad de Toledo y en una delicada situación a su ciudadanía y a buena parte del patrimonio natural, arqueológico y cultural existente en su término municipal.
De hecho tampoco sabemos nada de los restos que se encontraran en los suelos del Alcazar Toledano, a saber entre otros: cisternas romanas para abastecimiento de agua, sillares visigoticos, una muralla árabe y un 'jardín colgante' del siglo IX, encontrados durante las obras del museo del ejercito que Madrid no quería en su ciudad.
Pero la UNESCO ya dejó claro su papel de poli bueno hace tiempo, Francesco Bandarin dejó claro en Toledo que la Unesco «no está para bloquear» el desarrollo de las urbes históricas, lo cual no es demasiado alentador si es la entidad que en última instancia certifica hacia el mundo la calidad del patrimonio de estas ciudades, siempre que estas ignoren las consideraciones de grupos ecologistas o de la propia consejería de medioambiente o las más básicas necesidades de sus ciudadanos.
Las Ciudades Patrimonio estamos en este asunto más castigadas, ya que tenemos que cuidar y preservar un patrimonio que luego no nos produce ningún ingreso como ciudades. -Julián Lanzarote. Alcalde de Salamanca